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El Juez que arriesgo su vida en la Revolución para salvar a una persona

Conoce la historia del Juez Samperio, un Juez federal en tiempos de la Revolución Mexicana que arriesgó su vida para cumplir con su mandato constitucional y con ello salvar la vida del hombre que promovió un juicio de amparo en contra de su fusilamiento.

La Historia del Juez que arriesgó su vida en la Revolución para salvar a una persona de ser fusilada.

Existió un Juez que arriesgo su vida en la Revolución para hacer cumplir la Constitución y con ello salvar la vida de una persona. Sí, ese es el caso del Juez de Distrito Manuel Samperio, según relata el Ministro en retiro Góngora Pimentel. En los albores del México revolucionario, el Juez Samperio se encontraba jugando dominó en un hotel, en una mañana ordinaria de Ciudad Juárez. El Hotel era distinguido por contar con un balcón en el cual los políticos se dirigían a sus habitantes, lo que le dio el mote de ‘el balcón de las promesas’.  Precisamente, el salón donde jugaba el Juez se encontraba conexo a este balcón.

Era una mañana serena debido al verano caluroso que hacía que la gente sólo saliera cuando fuera indispensable. No obstante, de forma repentina se comenzaron a escuchar murmullos de la gente, que poco a poco iban aumentando. El alboroto provocó que el Juez y sus compañeros salieran al balcón a enterarse de lo que pasaba. Era un pelotón de soldados, liderados por un Jefe militar que jalaba a un hombre amarrado de sus brazos.

El prisionero, cabizbajo y resignado a su inevitable destino, se iluminó de esperanza, cuando en un efímero momento que subió su mirada, identificó al Juez Samperio en aquel balcón. Sin dudarlo, y en un acto desesperado, le gritó:

¡Señor Juez, me van a fusilar, ampáreme!

El Juez, inmediatamente y sin titubear admitió la demanda y le concedió la suspensión. Le grito:

¡Procede tu demanda! ¡Te concedo la suspensión!

Como contexto, el juicio de amparo históricamente ha sido un juicio para proteger los derechos de una persona frente a los actos de la autoridad que sean inconstitucionales. Y la suspensión es una resolución que dicta el Juez para proteger los derechos en juego mientras se resuelve este juicio.

Entonces, el Juez sin mayor demora bajó a la calle para hacer cumplir su determinación. Alcanzó al pelotón y le explicó al sargento que había otorgado una suspensión al prisionero; por lo que, estaba obligado a entregárselo, pues desde ese instante estaba protegido por la potestad de la Justicia de la Unión.

El sargento se negó a acatar su orden, quien con vasta seguridad le reviró:

Yo no conozco esa potestad y sólo obedezco ordenes de mi General Francisco Villa

La ineficacia de los esfuerzos del Juez Samperio para salvar al prisionero fue evidenciada ante la multitud de gente reunida para presenciar el fusilamiento. Sin embargo, el Juez no se rendiría, decidido siguió al pelotón hasta las afueras de la Ciudad, donde se dirigían para fusilar al prisionero.

Al llegar a un paredón antiguo, los soldados posicionaron al prisionero para proceder a fusilarlo y se dieron las ordenes para ello. En ese momento, el Juez, envalentonado y determinado a cumplir con su mandato constitucional, inmediatamente se paró enfrente del hombre que estaba a punto de ser fusilado, y exclamó:

¡Si usted fusila a este hombre, tendrá que asesinar también al representante de la Justicia de la Unión!

Tal acto de valentía indudablemente sorprendió a los presentes. El Juez ponía su vida en peligro para lograr el cumplimiento de su resolución judicial a fin de proteger la vida de aquel hombre condenado, pero arropado por la justicia federal. El Juez estaba dando su vida con tal de proteger la Constitución y con ello la vida de aquel hombre condenado. El sargento afrontado con la valentía de Juez, se vio obligado a suspender la ejecución para consultar la situación al General Francisco Villa.

Según cuenta el Ministro en retiro Góngora Pimentel, en aquellos tiempos los Generales revolucionarios contaban con abogados a quienes les consultaban sobre temas jurídicos y seguían sus recomendaciones. Al final, el abogado aconsejó respetar el mandato del Juez. Entonces, el General Villa, siguiendo la recomendación, ordenó entregar el hombre al Juez. Así fue la historia del Juez que arriesgo su vida pra salvar a una persona.

El relato del Juez de Distrito Samperio es un claro ejemplo de la labor histórica de los jueces federales para proteger a las personas de los actos arbitrarios e injustos, cuando ya no hay nadie más a quien acudir. Como diría José María Morelos y Pavón:

Que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo proteja contra el fuerte y el arbitrario

Seguramente, el Juez Samperio inspiro su acto de valentía en las sabías palabras del Generalísimo Morelos.

La hazaña del Juez es un recordatorio del compromiso que deben tener los jueces para proteger los derechos de las personas. Pero también una llamada para reconocer la vital importancia de su labor y para proteger su independencia judicial, para que, ellos a su vez puedan proteger a las personas de los fuertes y arbitrarios, como visualizó Morelos.

Conoce más historias jurídicas.

Consulta el siguiente video:

Referencias

Góngora Pimentel, ‘La Historia del Juez de Distrito Manuel Samperio’, La Formación de un Juez Federal (Editorial Porrúa 2016)

Braulio Emiliano Garduño Ibarra
Braulio Emiliano Garduño Ibarra
Licenciado en Derecho, ITESM (2018) | LL.M. in International Law and Comparative Law, Trinity College Dublin (2023) | Abogado especializado en derecho constitucional, comparado y derechos humanos. Apasionado por el derecho y su historia y comprometido con su difusión.

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